Esa fue la última vez que no me sentía
solo.
- Comadreja.
Este siempre fue el lugar de Mike para practicar cuando no tenía que correr en
algún evento, aquí le gustaba trabajar con la mecánica de su flyer y yo me las
arreglaba para venir a visitarlo y aprender a manejar.
- Comadreja.
Yo tenía nueve años cuando me informaron que Mike sufrió de un daño en sus
intestinos porque realizo bastante esfuerzo al cargar el peso del motor de su
flyer luego que este estuviera a punto de aplastarle mientras lo reparaba.
- Comadreja.
Me comentaron en que hospital se encontraba así que ese mismo día fui a
buscarle, los médicos que lo trataron le habían ordenado reposo y ya se
encontraba estable para cuando yo llegue.
- Comadreja.
Mike estaba recostado viendo la televisión cuando recibió mi visita, el me
recibió con una sonrisa en el rostro y me comento que simplemente no se sentía
bien y que pasaría unas cuantas semanas en el hospital guardando reposo así que
yo le prometí que le iba a visitar cuatro veces a la semana.
- Comadreja.
Llegaba especialmente los fines de semana porque la visita era libre y podía
estar con Mike todo el tiempo que yo quisiera.
- Comadreja.
siempre que llegaba a visitarlo se me veía entrar con un pequeño juego de mesa
entre mi brazo izquierdo.
- Comadreja.
Algunos días pasábamos la tarde jugando y otras veces simplemente nos
dedicábamos a ver la televisión porque él se sentía cansado, yo me sentaba a la
par de él o me recostaba a la par de sus pies.
- Comadreja.
Pasaron tres semanas cuando Mike y las enfermeras me comentaron que le iban a
hacer una última operación y que luego de eso Mike iba a poder dejar el
hospital. Ambos estábamos felices con la noticia por lo que celebramos lo que
sería el último día de visita comiendo pastel ya que los médicos se lo habían
permitido.
- Comadreja.
Paso el día y antes de retirarme me comentaron que trabajarían durante la noche
y que al día siguiente podría ayudar a Mike con su salida así que
me presente a primera hora por la mañana.
- Comadreja.
Entre al hospital como siempre con mi pequeño juego de mesa, sentía un poco de
nervios porque tenía la sensación de que algo malo estaba pasando, llegue hasta
la habitación y me encontré con que un par de enfermeras estaban en la entrada
y con la puerta cerrada.
- Comadreja.
Me sentí con miedo al ver la reacción que las enfermeras tuvieron al verme
luego de que yo les hice la pregunta.
- Comadreja.
¿Dónde está Mike?
- Comadreja.
¿Ya esta listo para salir?
- Comadreja.
Ellas no sabían cómo tratar conmigo, no sabían cómo decirme que la operación de
Mike se había complicado y que Mike había muerto.
- Comadreja.
Así que una de ellas simplemente movió su cabeza en forma de negación luego de
que yo le demandara una respuesta.
- Comadreja.
Yo baje la mirada y luche conmigo mismo para no llorar y luego de sentir como
mi cuerpo se hacía más y más pesado ahí donde estaba comencé a exclamar la
frase de.
- Comadreja.
¡Quiero ver a Mike!
- Comadreja.
Reaccione tratando de hacer a un lado a las dos enfermeras con todas mis
fuerzas pero ellas simplemente me negaron la entrada.
- Comadreja.
Luche con ellas para que me dejaran pasar hasta que una de ellas me levanto de
los brazos después que tome la idea de patear la puerta.
- Comadreja.
Me sentí tan prepotente al ver que no podía hacer nada así que me dedique a
gritar cosas que ni siquiera yo entendía y a patalear mientras ella me sostenía
en el aire con sus manos.
- Comadreja.
Luego de un largo rato me canse de pelear por lo que ella decidió bajarme y
note como alguien se acercaba a mí con lo que parecía ser un vaso de agua en
manos pero mi última reacción fue salir corriendo del hospital.
- Comadreja.
Esa fue la última vez que vi ese estúpido juego de mesa.
- Comadreja.
Pasé el día caminando por la ciudad y conseguí la idea de irme a sentar a los
asientos de la pista donde a Mike le gustaba practicar.
- Comadreja.
Me sentí mejor luego de pasar un rato ahí sentado porque de alguna forma sabía
que yo no era el único sentado en ese lugar el cual estaba observando el
atardecer.
- Comadreja.
Esa fue la última vez que no me sentía solo.
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